Opinión

Sin duda la vacunación ha sido factor importante en la reactivación de la economía en todo el mundo y México no es la excepción.

Afortunadamente, agosto marcó el arranque de eventos presenciales este año y, en PISO DE EXHIBICION, nos dimos a la tarea de asistir a algunas expos y percibir el ánimo de expositores y visitantes, que se mostraron satisfechos con lo que estaban viendo y logrando.

Quedó comprobado que en la industria de reuniones se pueden aplicar los protocolos de bioseguridad con mayor control que en muchos otros lugares, abiertos antes que los recintos feriales y salones de hoteles para congresos y convenciones.

En una expo, a la entrada se supervisa de manera efectiva la temperatura de las personas y el uso correcto de cubrebocas. Por cierto, un alto porcentaje de los asistentes, realizaron su registro en línea, evitando aglomeraciones el día de su visita.

El que las cosas salgan bien y se evite la propagación del virus no es cuestión de que el comité organizador o el recinto ferial realicen una supervisión de marcaje personal a los asistentes; es más una cuestión personal, que cada uno cumpla de manera adecuada los protocolos que no son más que el uso correcto del cubrebocas, aplicarse gel antibacterial cuando se considere necesario y guardar una sana distancia con las demás personas.

Cumpliendo eso en nuestra vida diaria, no tendría porqué propagarse el virus y mucho menos cancelar las actividades sociales y laborales, nuevamente.

Las expos activan y dinamizan las actividades económicas de un país. Permiten conocer y palpar los productos y servicios, negociar cara a cara compradores y vendedores, conocer nuevas personas y refrendar lazos de amistad.

Asistamos con responsabilidad a las expos, ferias, congresos y convenciones. Es por el bien individual, colectivo, del país y de la humanidad.